Cuando Jesús subió a Jerusalén halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.
(Juan 2:13-16)
El templo representa al hombre en su esfera natural. En el templo, como en el hombre, se encuentra un santísimo conocido como “Sancta Sanctorum” que es la parte más sagrada del mismo.
Pero el exterior del templo también debe ser mantenido en santidad y pureza, porque con esto se evita que el interior, que es el santísimo del templo y del hombre, sea profanado, es decir, deshonrado o prostituido.
El Santísimo del templo está cubierto por una cortina espesa o gruesa y sólo el sumo sacerdote tiene permiso para entrar en él y sólo en determinados momentos. Esto es para proteger al santísimo.
Quién peca contra su carne, no sólo contamina su carne, es decir su cuerpo físico, sino también su alma y, a través de ella, también su espíritu.
El “Santísimo” dentro del hombre también está colocado detrás de una cortina espesa. El amor exclusivo a Dios es el verdadero sumo sacerdote de Dios en cada hombre. La expresión: "¡por el amor de Dios!" o "¡por lo más sagrado!" es un indicativo de la importancia de este santísimo.
Sólo el “sumo sacerdote” tiene permiso para entrar al santísimo y velar la cortina sin ser castigado. Pero si este sacerdote se contamina con el apego o apasionamiento de las cosas mundanas y sucias, ¿cómo se puede evitar la contaminación?
Si en el hombre todo se volvió impuro, entonces el hombre ya no tiene la capacidad de limpiarse a sí mismo.
Una escoba completamente sucia de excremento, ¿cómo podrá servir de escoba? Aquí el Señor tiene que actuar y lo hace con mucha energía y/o violencia. Esto es, lo realiza a través de todo tipo de cosas dolorosas, como por ejemplo: enfermedades de todo tipo, aparentes casos de accidentes, etc.
Los "vendedores" y "compradores" simbolizan los apasionamientos impuros y los bajos instintos en el hombre.
El animal ofrecido a la venta representa el nivel más bajo de sensualidad animal. Al mismo tiempo simboliza la gran estupidez y ceguera del alma como consecuencia de la sensualidad animal.
Este amor en el hombre se asemeja al de un buey que, por estar castrado, carece incluso del amor con capacidad sexual y reproductiva. Lo único que lo vivifica es el amor a la glotonería de manera burda y similar a los pólipos. Y su capacidad cognitiva o de reconocimiento es similar al de las ovejas.
Los " cambistas" y sus negocios monetarios simbolizan todo lo que surge del amor propio que se ha vuelto animalesco. Este amor propio animalesco tiene que ser expulsado con violencia lo que genera dolor y sufrimiento. Además todo lo que vivifica este amor tiene que ser derribado y derramado o esparcido.
Este amor es como el excremento animal pero no debe ser eliminado sino usado como estiércol que es esparcido en el suelo y sirve de abono para la semilla del trigo noble. De lo contrario, sin abono, la cosecha sería muy pobre. Si el estiércol no se esparce, sino sólo se acumula en un solo lugar, entonces tampoco el trigo puede crecer óptimamente.
A los cambistas se le dispersó el dinero el suelo. El dinero no fue eliminado porque representa el estiércol del mundo.
Los vendedores de palomas simbolizan las virtudes exteriores, es decir todo tipo de ceremonias, buenos modales, gentilezas, atenciones y acciones similares pero en el sentido puramente mundano. El problema es que la ceguera de los hombres ha elevado a estas virtudes exterior al nivel de los valores de vida interior con la intención de echar raíces allí a favor de la vida verdadera del hombre. Pero esto no está bien.
Veamos, la paloma simboliza la conversación tierna, delicada o amorosa, en especial la que intercambian los jóvenes enamorados. Pero cuando ellos se casan, muchos deciden sacrificar este tipo de conversación, en especial a partir del nacimiento del primer hijo, porque desean madurar hacia el amor verdadero, interior y dador de vida espiritual. Como señal de esta decisión. ellos sacrifican a la paloma por lo que representa.
La corteza del árbol no debe estar dentro de la médula del mismo, por qué la corteza está más o menos muerta. Entonces todo lo que pertenece a la corteza debe estar en el exterior.
En pocas palabras, todas las virtudes externas que intentaron entrar en el interior del hombre tienen salir al exterior para que cumplan una función importante de protección de la vida espiritual en el interior.
1. Parte interior y más sagrada del tabernáculo y del templo de los judíos en Jerusalén, al que solo tenían acceso los sacerdotes.
2. Parte más reservada y secreta de un lugar a la que solo tienen acceso algunas personas que gozan de determinados privilegios.
1. tr. Tratar algo sagrado sin el debido respeto, o aplicarlo a usos profanos.
2. tr. Deslucir, desdorar, deshonrar, prostituir, hacer uso indigno de cosas respetables.